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jueves, 29 de marzo de 2012

TEORÍA, TÉCNICA Y CREATIVIDAD


29 de marzo del 2012

Toda profesión, en mayor o en menor media requiere una combinación de creatividad, teoría y  técnica para ser aprendida. En el caso de la fotografía ocurre lo mismo.

El problema es que esta combinación puede crear algo de angustia para el que se inicia. Es como cuando empezamos a conducir. Nuestro cerebro de entrada se hace un lío con tantas instrucciones, no sabemos si antes de arrancar el coche debemos ponernos el cinturón o colocar el retrovisor o apretar el embrague o meternos el cambio de marchas por el culo. Después con el tiempo y práctica nuestra mente ordena todo lo asimilado y lo aplica con coherencia a nuestra manera de conducir, es decir a nuestra creatividad.

Hace ya más de un año, tuve la suerte de impartir un curso de fotografía para niños de entre 8 y 10 años. Recuerdo un mes antes de empezar las clases, que me volvía loco preparando un programa lógico destinado a ellos. No conseguía de ninguna de las maneras un orden adecuado  para enseñarles…

…Hasta que una mañana decidí no hacer ningún programa. Fue tan simple como presentarme el primer día y salir con ellos a la calle a disparar fotos. –Captad todo lo que veáis les dije.  Una vez obtenidos los primeros resultados y con las fotos en pantalla empecé a enseñarles los diferentes conceptos de la fotografía, siempre en base a lo que ellos habían creado de ante mano. Fue fantástico.

En realidad no hice más que invertir los términos clásicos de enseñanza. En vez de empezar aburriéndolos como ostras con teorías y técnicas la mayoría incomprensibles, aplique su propia creatividad para obtener resultados técnicos.

Previamente claro está. había comprendido lo que era un niño. Son personas del todo fantásticas que actúan por pura espontaneidad e impulso, algo que da muchas posibilidades a la hora de enseñar..

La técnica y la teoría son básicas para el aprendizaje, pero según como las utilicemos pueden matar la creatividad de las personas. Dejar que el alumno sea también capaz de aprender por si mismo con las directrices que le marquemos, puede suponer que con el paso de los años no pierda espontaneidad y pueda solventar problemas que unas normas demasiado técnicas y rígidas se lo impedirían. Por eso hay que tener en cuenta los impulsos mentales y emocionales de los alumnos, eso puede hacer que dirijan su interés hacia materias que antes no les interesaban,

Para ser buenos maestros no tratemos a nuestros alumnos como números. Debemos conocerlos para obtener buenos resultados.

Un saludo Marc casado.

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